Han sido 5 días maravillosos donde hemos estado "como en casa". El hotel precioso, muy bonito, con encanto y muy cómodo por su tamaño.
Los desayunos inolvidables por la calidad de sus productos y por el entorno ya que desayunar en el jardín es fantástico.
Las cenas de Can Faustino, en el jardín, merecen la pena.
Las habitaciones de 10, bonito diseño, muy cómdas y silenciosas a pesar de estar frente a la zona de ambiente nocturno del puerto.
Finalmente, el personal que atiende en este hotel es lo mejor, personal joven con ilusión y con ganas de hacer que la estancia sea inolvidable. Gracias por estos días con vosotros.