La habitación era extremadamente pequeña y no podías dormir porque se oían los ruidos de otros huéspedes. El lugar es viejo, sucio y descuidado. Daba asco pisar la alfombra y en general al lugar le falta mantenimiento.
El desayuno es caro para lo que ofrecen (solo pan, jugo y cereal).
El personal es poco amable. El último día, me querían cobrar un desayuno que ya había pagado. Les comenté que ya había hecho el pago y me tacharon de mentiroso. Si no hubiera guardado el comprobante de pago, me habrían hecho volver a pagar. Al final se disculparon, pero me hicieron enojar.
Lo único bueno es la ubicación, pues está cerca de una estación del metro. Sin embargo, hubiera preferido desembolsar un poco más de dinero, con tal de estar en un mejor lugar. No lo recomiendo.