Empiezo mi valoración considerando que, aunque es de dos estrellas, el precio pagado es de 4-5, y por tanto es lo que uno espera. El entorno es mágico, frente a la mezquita, si bien la habitación asignada era interior y no se disfruta del mismo modo, añadiendo que La Luz del hall irrumpe en la habitación al activarse. El hotel es nuevo, la decoración limpia y actual, y el mini bar incluido, aunque las 2 aguas, 2 refrescos y 2 manzanas del día 1 han de durar toda la estancia, por larga que ella sea. Hemos tenido también que reclamar el cambio de toallas, que nos volvieron a colgar una vez depositadas en el suelo. El desayuno es más que correcto para su categoría, con zumo natural (a veces no en excelente estado), que es sin embargo una carencia en algunos de categoría superior, aunque en un espacio muy limitado. El edificio se comparte con el Burger King, y en ocasiones el ascensor con su cubo de basura. Tiene una terraza en construcción con unas magníficas vistas y, lo mejor sin duda, la amabilidad de su personal. Incido en que para 2 estrellas sería excelente, pero por su coste se le ha de exigir más.