El hotel es bastante nuevo, con diseño tipo nórdico, y en un edificio muy bonito. En cuanto a la habitación doble - amueblada espartanamente-, era lo suficientemente amplia para una persona, pero quizás un poco escasa para dos. Un par de detalles negativos: a pesar de que a la llegada la temperatura exterior rondaba los 4-5 grados, la calefacción de la habitación no estaba encendida, con lo que la temperatura era gélida. Por suerte, una vez encendido el radiador, la habitación se calentó enseguida. Por otro lado, el dispensador de jabón del lavabo no funcionaba correctamente, lo que obligaba a recurrir al dispensador de la ducha. Finalmente, el desayuno ofrece pocas opciones. Mejorando esos pequeños detalles, el Yo-Ho sería un gran hotel.
En resumen, buena opción para una estancia breve si no se es demasiado exigente.