El hotel (b&b) se encuentra en una planta de un edificio típico romano, con acceso a través de un largo portal adoquinado a un patio interior ajardinado. Como la mayoría en Roma, no está muy bien conservado, pero las instalaciones del hotel están muy bien. El personal es encantador y nada más llegar nos explicaron como desplazarnos desde el barrio (Salario) hasta el centro y otros consejos útiles. La zona del hotel nos encantó, ambiente típico sin apenas turistas y precios razonables, en algunos casos más baratos que en España. Desayunábamos en el bar de un mercado de abastos que hay a 50 m por 1,80. El centro histórico no está lejos, se puede ir caminando sin peoblema, aunque con el calor que hacía solíamos ir en bus (la parada más cercana, Porta Pía, está a 200m) o en metro (la parada, Castro Pretotorio, está a unos 800m).