La ubicación es perfecta. A un minuto de la estación de trenes y buses, por lo que es perfecto si se viaja por alguno de esos medios. Se puede ir andando a todas partes. La habitación es muy pequeña, por lo que la recomendaría para viajes cortos y con poco equipaje. No hay aire acondicionado y en algún momento del dia en verano puede hacer bastante calor, pero nada del otro mundo. Por fuera el hotel no es muy lindo pero por dentro está muy bien. LO MEJOR: el desayuno buffet!!!! Increíble, todas las noches me acostaba a dormir emocionada de pensar en el desayuno del día siguiente, mucha variedad, muchas cosas eran home made (granola, queso cottage) y todo era de verdad exquisito! Recomiendo el yogurt con granola y frutos rojos y los brownies, una locura!