Las habitaciones tienen un pésimo aislamiento, se escuchaban los ronquidos de la habitación contigua. Las toallas estaban rotas, en malas condiciones. El servicio de internet era de mala calidad, había que estar en la puerta en el suelo, para tener algo de conexión. A partir del segundo día no hubo más agua caliente en la habitación y pese a que se comprometieron a arreglar el problema, nada se solucionó al día siguiente. La respuesta en recepción fue lamentable, porque mencionaron que sólo nuestra habitación tenía ese problema y que por último no nos haría mal a la salud tomar una ducha fría. Realmente no merece una calificación de tres estrellas este establecimiento ni tampoco la atención de quienes están a cargo de ella.