El hotel es de tres estrellas pero tiene prestaciones como si fuera de cuatro, ya que tiene nevera, secador de pelo, televisión plana, aire acondicionado - calefacción, y todos los utencilios necesarios de aseo, incluso zapatillas. Nuestra habitacion era muy tranquila, cama matrimonial extragrande, baño muy bonito, todo reformado como si fuera nuevo. Ademas esta situado en un lugar estratégico muy céntrico, se puede ir andando a todos los sitios de interés de la parte antigua, y para llegar a la nueva, Puente Galata, se puede ir andando tambien. Para ir mas lejos, Gran Bazar o Plaza Talkin, tienes en la misma puerta el tranvía. En recepción no hablan español, si bien en ingles nos pudimos comunicar bien, son realmente muy serviciales, nos ayudan con las maletas al llegar y marcharnos, nos recomendaron un crucero por el Bosforo nocturno, con cena, espectáculo y bebidas incluidas, a un precio increíble de 50€ la pareja, porque cogió empezando la temporada de invierno, principios de noviembre, fué inolvidable. El recepcionista Bardn es especialmente gracioso, y está muy pendiente de lo que necesitas, aunque todos los demás también, desde la señora que limpia, la chica que atiende la cafetería, la otra rececionista, ayudantes, ...