Hotel excelentemente situado junto al Puente de Carlos.
Categoría 4 estrellas, pero lo cierto es que salvo por la localización y el desayuno bufet, desconozco el motivo de tan alta categoría.
La reserva consistía en una suite superior, que se traduce en una habitación de dos alturas, en la que al piso superior se accede por una escalera.
En la planta baja está el recibidor, con un sofá cama, escritorio, cuarto de baño con ducha y un armario, y en la planta superior está la cama, la televisión y un cuarto de baño con bañera. Ambos con bidé.
El desayuno es fenomenal, Tipo bufet y con un muy amplio surtido, incluyendo opciones para vegetarianos. Está disponible de 7:30 a 10:30.
Al finalizar la estancia hay un servicio gratuito de consigna de equipaje, lo cual se agradece.
Hasta aquí lo bueno.
Lo malo es que la iluminación es muy mortecina, que unido al hecho de que no hay ventanas hacia la calle en ninguna de las dos plantas da sensación de angustia y un poco de claustrofobia, lo cual hace que no te acabes de sentir a gusto. La luz natural que entra es por las ventanas en el tejado, que se manejan eléctricamente ya que no se puede acceder a ellas.
Hay wifi gratuito en todo el hotel, y de buena calidad si te llega, cosa que en la segunda planta no es posible porque no alcanza, y si lo hace es de manera residual y no permite hacer uso de aplicaciones de streaming.
Cierto es que en el hotel solo estás para dormir, pero siendo un 4 estrellas no me esperaba estos defectos.