Hotel lindo, a las afueras del pueblo, con hermosos jardines, iglesia, amplias zonas comunes, un pequeño bosque de eucaliptos y hamacas, muchas sillas para lectura y en general instalaciones muy buenas. El restaurante muy bueno con una carta variada y platos bien preparados. las habitaciones amplias. El servicio en general bueno. Las hamacas estaban aseguradas con cuerdas viejas que se rompen, había mosquitos-zancudos en las habitaciones y de pronto falta un poco de mobiliario.