A pesar de la amabilidad del personal, las instalaciones necesitan algunas mejoras (humedades, pintura, desconchones...) y no eran demasiado cómodas ya que había poco espacio, sobre todo en los baños, donde casi no se cabía.
La limpieza también estaba "un poco justa". Había telarañas, alguna toalla tenía manchas (no de sucia, sino de no haber salido la mancha después del lavado) y un trozo de envase de un preservativo en el suelo.
Lo mejor, la ubicación cerca de todo, la amabilidad del personal y el buen trato para con nuestro perrito (son un alojamiento pet-friendly).