Se trata de un pequeño hotel con encanto bien situado (a 1 km. de la Tour Eiffel y enfrente del C.C. Comercial Beaugrenelle, lleno de tiendas y restaurantes). El servicio de front-desk y de habitaciones es perfecto (muy cordial,
amables y serviciales). La habitación es MINÚSCULA, aunque confortable y con una cama muy cómoda y de 2x2 (de hecho ocupa casi toda la habitación). El servicio de desayunos es un completo desastre: varios de los días no quedaba casi de nada y tenías que pedir que lo repusieran (incluidos los cubiertos, vasos, tazas, etc); daba la impresión que estaban muy cortos de personal. La calidad del mismo y de la comida es bastante mejorarable.
Es cierto que se no se trata de un 4 estrellas al uso, pero sí considero que se encuentra por encima de 3. Muy bueno relación calidad-precio.
Lo recomendamos.