Siempre que me alojo en Frankfurt suelo hospedarme aquí. Empezó con muchas expectativas y poco a poco, va a menos.
No voy a volver a explicar las bondades del hotel, tantas veces comentadas aquí, en esta ocasión alguna crítica (espero construictiva).
El servício de hervidor de agua está muy bien y se agradece, pero debe ir acompañado de razas, café (si es posible normal y descafeinado), azúcar, cuchara, etc. Falta casi de todo.
Pero si el huésped se queda varios días, lo normal es que se retire la vajilla usada y se reponga. Ni una cosa, ni la otra.
El desayuno fue nefasto. El único huésped desayunando y sólo había dos rodajas de fiambre, y algo de queso. Durante todo el tiempo que estuve desayunando (huevos, café y yogur) no se volvió a reponer, tiempo tuvo.
La señorita de recepción por la tarde, es muy servicial, amable y atenta.