Era de lo más económico que encontramos en Glasgow, teniendo en cuenta que era noche de sábado y que queríamos algo céntrico. El baño está reformado, la habitación limpia y el desayuno incluido (un minibufet con lo básico y luego te cocinan el típico desayuno ingles). Está ubicado en un par de casas típicas inglesas, cuya configuración hace que, para llegar a tu habitación, tengas que bajar, y luego subir, y luego bajar... aunque son pocos escalones.