Me gustó la simpatía del personal, y los detalles decorativos, acogedor y casero, el desayuno no estaba mal, pero demasiada bollería y apenas fruta, lo que no me gustó, que no había mapas para orientarnos un poco por la zona y nuestro idioma solo lo hablaba una chica que apenas estaba, la ubicación de la zona era en un barrio muy sucio y lejos del centro, en un edificio planta 8 con un ascensor rudimentario que parecía que se iba a caer, las instalaciones dejaban mucho q desear, la habitación un poco pequeña, el aire acondicionado a veces no funcionaba, la nevera tampoco, el agua se salía por debajo de la ducha, el jacuzzi no funcionaban todos los chorros ni las luces y el tapón se quedaba encajado, la limpieza de las habitaciones no eran diarias, y lo más impresionante es que en temporada alta de verano estuvieran con obras, ruidos todas las mañanas y desde las 8 de la mañana!!! Ya estaban con los taladros y martillazos justo encima nuestra, que parecía que se iba a caer el techo, eso me decepcionó bastante, estas cosas no se deben hacer con gente alojada en sus vacaciones, o por lo menos dar otras habitaciones que no influyan en el descanso durante la estancia, una pena con las altas expectativas que tenía de este hotel.