Las instalaciones del hotel son fantásticas, tienen una vista impresionante. El problema fue la llegada, nadie me explicó que debía tomar primero un taxi hasta un puerto y luego un barca para llegar al otro lado de la isla. Luego al llegar al otro lado de la Isla me tocó caminar más de 15 minutos por un sendero rústico, con el miedo que la maleta se me rompiera, esta pesaba 18 kilos.
Yo solicité la recogida en el aeropuerto pero recibí un coreo donde decía que era más fácil tomar un taxi desde el aeropuerto, claro nadie me explicó todo el proceso para poder llegar al hotel. Me sorprendió que en el desayuno no ofrecen zumos frescos de frutas, teniendo en cuenta que en Thailandia tienen una gran variedad de frutas. Los zumos que ofrecen son envasados industriales. La limpieza del baño más o menos. En mi opinión debería cambiar la posición de la cama con respecto al aire acondicionado . El aire me daba en toda la cara, para poder dormir me tocó colocar una camiseta en mi cara y si apagaba el aire no podía dormir del calor así que fue incomodo. Pedí el cambio de habitación pero todas son iguales. De resto precioso todo, el personal muy profesional, atentos, muy amables siempre disponibles.