La ubicación excelente, al lado de la explanada. El hotel precioso y el personal amable. La habitación amplia, bonita, limpia y las camas cómodas. El baño amplio y bonito, aunque la ducha chirriaba al abrir los grifos. La habitación estaba en la séptima planta, y el ascensor solo llega a la quinta ( a tener en cuenta para personas mayores o con movilidad reducida). La única ventana estaba en el techo, y tanto ella como la persiana se tenía que manejar con un palo. Un poco incómodo la verdad. El desayuno correcto, en un saloncito o en la terraza estupenda.