La habitación, familiar, con cama grande y una litera; la cama muy cómoda; el desayuno, normalito, incluso escaso de bufé.
El servicio de limpieza, exagerado: pusimos el cartelito de no hacer la habitación y entraron, volvieron a hacer la cama, que habíamos hecho ya, y cambiaron las toallas que aún pensábamos utilizar. Y el día que nos íbamos, antes de desayunar, antes de las 9'00, la camarera iba a entrar a limpiar cuando aún estábamos dentro!