El hotel, la ubicación, el personal, limpieza, todo perfecto, pero el suelo laminado de la habitación, en nuestro caso la 34, entre la cama y el escritorio, estaba como hueco por debajo y acada vez que se pasaba por ahí el escritorio temblaba por lo que por las noches es algo molesto, por otro lado, en os desayunos, se notaba en exceso el aprovechamiento de lo sobrante de los días anteriores.