Muy agradable la atención del dueño del hotel, algo menos el gerente. La limpieza de la habitación era dudosa (había una anilla de una lata de refresco bajo la cama, señal que no se había barrido), pero las sábanas y toallas muy limpias. La cena bien (las patatas fritas de acompañamiento, no), y también el desayuno. En ambos, el pan fue muy malo, en cambi los croissants muy buenos.