Me sorprendió gratamente. Haugesund no es una ciudad excesivamente grande, ni de negocios, sin embargo, el hotel me pareció todo un lujo a no muy alto precio para el servicio que ofrece.
El personal muy amable, y doy especialmente las gracias a un "gallego" que trabaja allí, por toda la ayuda y atención prestada en todo momento. No puedo dar su nombre, pero si lee esto, sabrá perfectamente que me refiero a él. Tanto mi marido como yo, le estamos eternamente agradecidos.
El único "pero" que puedo poner es que no repusieron un dosificador de jabón que se terminó el primer día de estancia. Absolutamente nada más.