La noche que llegamos nos dieron una habitación (standard) que no era la que habíamos reservado (confort). La primera era diminuta, no muy cómoda, vieja, el baño era muy pequeño. A la mañana siguiente hicimos notar la diferencia de la habitación y nos cambiaron a la que correspondía. Esta si era mucho más cómoda, había sido renovada hace poco tiempo, el baño también era más grande y cómodo. El desayuno está correcto, tal vez podía mejorarse un poco, pero está bastante bien. Lo mejor es la ubicación, a pocas cuadras de Topkapi, Santa Sofía y Mezquita azul. El hotel se encuentra en una peatonal, la desventaja es que el taxi no puede llegar hasta la puerta del hotel, pero la ventaja es que es muy tranquilo y lleno de restaurantes que hacen la zona muy pintoresca.