La ubicación del hotel es perfecta. A 2 cuadras del obelisco y del transporte público. En la esquina hay una entrada al SUBTE.
Sin embargo, el hotel en su limpieza si deja mucho que desear. Al salir del elevador (piso 5) huele muchísimo a humedad. Dentro de la habitación las sabanas estaba sucias, bajo la bañera salían unos animalitos, dentro de la bañera es peligroso porque el agarrador para entrar al la ducha estaba desatornillado y podía romperse en cualquier momento. La limpieza dentro de la bañera no la hicieron, porque los papeles del jabón los dejaron todo el tiempo y nunca los sacaron. No había secadora como ofrecen. Las puertas del mueble donde estaba la Tv estaban caídas. La verdad es que la sensación dentro de la habitación, sobre todo en las camas, es que no está limpio y no dormí con tranquilidad. Una de las llaves de tarjeta se desprogramo 3 días de 5.
Felicito eso si, a Jonathan por su servicio excelente persona y nos ayudo mucho en nuestra estadía. Lo único bueno del hotel sin duda alguna es la ubicación y el desayuno que cumplió con la necesidad. Nada espectacular en alimentos pero estaba bien.