Nos alojamos en este hotel en una habitación doble de dos camas. Todas las habitaciones son de dos camas. El baño contaba con ducha, algo raro en Japón, donde siempre hemos encontrado bañera. Las ventanas no se podían abrir y hacía que la habitación tuviera mal olor, se acumulase la humedad y subiera bastante la temperatura al darle el sol directo. Además, las ventanas no permiten ver las vistas por ser traslúcidas. Es un hotel en una zona de oficinas por lo que no lo recomiendo para un viaje de turismo. Si lo hubiese sabido, no hubiese reservado aquí. Está a media hora andando del centro de Osaka. Nos cobraron por recibir nuestra maleta un día antes de nuestra llegada, cosa que no nos ha pasado en ningún otro hotel de Japón.