El hotel está situado a unos pocos Km de Pula, la ciudad mas cercana. El hotel está pensado como complejo vacacional para familias, con animadores, playa privada y casi todo el mundo va a media pensión o completa. Aunque es bonito, se nota que tiene bastantes años y muchas cosas denotan desgaste. El personal es muy atento y simpático. La comida es de sabores internacionales, elaborada y aceptable de sabor, aunque podría ser mejorable en varios aspectos, o bien no nos acabamos de adecuar a su estilo de cocina. El desayuno buffet libre, al aire libre, es muy bueno, pero cabe destacar que es necesario madrugar un poco, pues a ultima hora no se reponen muchas cosas o hay menor atención al detalle comos sustituir platos cuando se acaban.
La playa privada y la piscina están muy bien, disponiendo tanto de tumbonas de pago, como sillas de playa con sombra gratis para los huéspedes. Pero destaca la deleznable práctica de los diversos turistas del hotel de "reservar" sitios en la piscina aun cuando no están allí, mientras comen, de cara a la tarde, algo que en España no permiten en muchos hoteles -como estimo que debería ser.
Si bien tenemos una experiencia negativa, fue el Spa, donde después de pagar la entrada (no incluido en la estancia), descubrimos que la piscina principal el agua estaba CONGELADA; al parecer para tener un contraste entre la Sauna y el agua de la piscina, según la dirección del hotel. Algo que JAMAS he visto en Spa alguno. Solo pudimos estar 20 min debido al frío