El hotel me sorprendió gratamente, por su atención, limpieza, instalaciones, servicio, etc. Nos alojamos mi mujer, mi hija y yo, nos dieron un habitación muy espaciosa, tenía un baño grandísimo, con un plato de ducha y una bañera ambos muy amplios, además disponía de un aseo, con wc y lavabo. La cama XL muy cómoda, además de una supletoria igualmente confortable, el wifi gratis y llega perfectamente y sin cortes, un gran armario más un armario abierto en l entrada para abrigos, todo estaba súper limpio, dispone de servicio de té en la habitación, smart tv, un sofá, mesa auxiliar,... todo lo necesario para sentirte como en casa. Del restaurante y el gimnasio no puedo opinar ya que no hicimos uso de ellos. También decir que en los bajos del hotel hay un supermercado que abre incluso los domingos. En los alrededores hay cafeterías y restaurantes. El personal de recepción es muy amable y te ayudan en todo lo posible, además hablan inglés y español (al menos que yo sepa). La ubicación no siendo céntrica, está muy bien comunicada y andando al centro es un paseo. Quizá la única pega es que esta muy cerca de las vías del tren y se oye un poco, pero he decir que la insonorización de las habitaciones es muy buena y no molesta nada.
Solo me queda decir que la próxima vez que visite Praga volveré a alojarme en este hotel