Llegamos al hotel y la recepcionista ya nos mira con mala cara para atendernos. Le indico que reservé una triple (eramos 2) y que ellos me confirmaron por teléfono que era una cama de matrimonio y una individual. Me dice de malas maneras que son 3 camas y alzando la voz en varias ocasiones que es lo que hay y diciendome prácticamente mentiroso. De primeras no me da ninguna solución. Espero a que me contacten, pero no lo hacen y mientras paseando por la ciudad. Volvemos y me dice que lo único que pueden hacer es que pague 50€ más por otra habitación. Obviamente me niego y les pongo reclamación. Pido la devolución del importe y me lo niegan de primeras. Al cabo de unas horas, ya a las 5-6 de la tarde me llaman y me dicen cómo opción que ahora ya si me dan la otra habitación sin coste adicional y con la condición de que les entregue la hoja de reclamaciones. Por no dar más vueltas nos quedamos y ya por la noche en la habitación el resultado es: ruidos de cañerías, ventanas que no encajan ni cierran, interruptores descolgados, televisión que no funciona, mobiliario que deja bastante que desear, enchufes que funcionan pulsando interruptores (y si es así, que lo expliquen, no que me encuentre el movil descargado por la mañana despues de haberlo tenido enchufado), bañera sin latiguillo de ducha. Y aparte, habitación que no corresponde ni con las fotos de la descripción. Todo esto en un supuesto 4*, que no llega ni a media. La única salvable, la segunda recepcionista que nos atendió.