La habitación del hotel era muy acogedora, con una cama muy cómoda y unas vistas excepcionales a la piscina. Tiene una terraza con tumbonas que te permiten disfrutar de las vistas de la piscina desde tu propia habitación, en un ambiente relajado y tranquilo. Si bien, tardaron mucho en darnos la habitación y para colmo los dispensadores de gel del baño estaban vacíos, así que tuvimos que ir a comprar nuestro propio gel para ducharnos. El personal de recepción fueron muy simpáticos en todo momento. Por otro lado, la comida del restaurante era escasa y carísima, no os recomiendo que comáis allí, es bastante mejorable tanto en calidad, cantidad y precio. En cuanto a la ubicación, está muy cerca de la playa de maria luisa, a apenas 5 minutos andando, pero a mí personalmente esa playa no me gustó en absoluto, demasiado tranquila, sin ambiente y extremadamente pequeña. El hotel se encuentra bastante lejos de la zona de ambiente, por lo que tuvimos que desplazarnos en coche para salir a cenar o tomar algo.