La habitación fue espaciosa, la recepcionista siempre fue muy amable, incluso me imprimió itinerarios del tren para ir a Pisa y nos obsequió un mapa de Florencia, el bell boy fue muy déspota, arrebataba las cosas y como no quedó conforme con la propina (€10) se “equivocó” al propósito metiendo gente a nuestra habitación cuando nos estábamos instalando.
Por otro lado el bufet fue bueno.
Un punto en contra del hotel fue que en la publicación anuncian al edificio principal, sin embargo y a pesar de que en la reservación decía que el hospedaje sería allí, nos dijeron que no había habitaciones disponibles en ese edificio y nos mandaron a otro, muy cerca a unos 30 pasos. Sin embargo el otro edificio es un complejo de departamentos donde un piso pertenece al hotel, lo cual vuelve muy molesto tener que desplazarte al edificio principal para desayunar o dejar y recoger las llaves. En el edificio que nos mandaron siempre habían personas entrando y saliendo, sacando muebles y ocupando el elevador. Lo cual se sentía inseguro. En la habitación hay internet pero no cuenta con smart TV.
A favor tiene la ubicación, pues está a una cuadra de la academia, del domo y de algunos restaurantes.
El personal no habla español pero si inglés. La calificación sería un 7/10.