La ubicación del hotel, escondido cerca del muro del Arsenale, lo hace difícil de encontrar la primera vez, ya que está escondido en un laberinto de callejuelas y, al mismo tiempo, lo coloca en una zona cercana al centro y bien comunicado hacía el aeropuerto o los vaporettos.
Se tardan 15 minutos caminando a San Marcos, 5 minutos al muelle de Arsenale (con conexión para ir al aeropuerto) y 5 minutos al muelle de Celistia (hacía Murano, Burano y Torcello)
Es un auténtico barrio donde viven venecianos, y no un barrio vacio de habitantes y únicamente orientado al comercio y al turismo, lo que le da las ventajas de precio (puedes tomarte un spritz por 2€ en lugar de los 11€ que cuesta en San Marcos) y al callejear ves los mercadillos y tiendas, observas a la gente saludarse entre ellos y te introduces en la vida de un barrio italiano.
Por otra parte, los efificios de esta zona están peor cuidados que los de otras partes de la ciudad, aunque Venecia ofrece muchas veces esa imagen de decadencia, en la que palacios y edificios más modernos se caen a trozos por la humedad y el abandono.
Nicola es el propietario de este B&B, y se esfuerza en hacer la estancia lo más cómoda posible, Aconseja sobre rutas, transporte y básicos con la mejor intención, y ofrece la ayuda que yo ofrecería a un amigo que viniera a visitar mi ciudad,
En definitiva, es un buen alojamiento en un barrio con caracter y cercano al centro. Muy recomendable para quien quiera vivir algo de la auténtica Venecia.