Lo mejor del hotel es la ubicación. Está a 10 minutos andando de la Fontana di Trevi y de la estación de Termini. Se trata de 4 o 5 habitaciones bastante antiguas, con mobiliario obsoleto y poco cuidado. La nevera no funcionaba.
La recepción no existe. El día que llegamos avisé 20 minutos antes, como nos habían indicado, esperando que se desplazarían hasta allí para recibirnos. Al llegar, en la recepción no había nadie, solamente una nota con las llaves de la habitación, indicándonos como teníamos que solicitar el desayuno y poco más.
Solamente vimos a una chica en la recepción el día que nos fuimos para pagar las tasas.
En cuanto al desayuno, tienes que apuntar en una nota en recepción lo que quieres. Todo muy contado ( por ejemplo, un croissant por persona, un zumo por persona, etc.). A la mañana siguiente, a la hora que has indicado, te lo llevan a la habitación (algo bueno).
En mi opinión, tiene mucho que mejorar. Pero la ubicación en este caso ha sido lo más importante.