La experiencia fue excelente.
El hotel está a unos 300 metros de la estación de tren, y a la vez a unos 300 del comienzo de la calle Corso Italia, la más importante para cualquier recorrida peatonal.
La habitación fue de ensueño: en L (caso como dos ambientes), con un balcón también en L, con todos los servicios, una cama matromonial grande (y no dos camas individuales juntas) y un baño amplio. Muy cuidado y además, silencioso.
El personal, excelente: las encargadas durante el día, muy amables y muy bien predispuestas a resolver algunos imprevistos (un problema de salud, el check in antes de lo previsto). El empleado de la noche, algo altanero (a instancias suyas hubo un grave error administrativo que me causó un perjuicio, que muy gentil y rápidamente se pudo resolver pocos días más tarde, en mi ausencia, gracias a la amabilidad del gerente).
Ampliamente recomendable, como la ciudad. No dudaría en volver y volver a elegir este hotel.