Cuenta con distintas habitaciones, entre ellas algunas de espacio superreducido, en las que no puedes ni abrir la maleta, una de ellas es la 207, en la que nos alojamos, a pesar de intentar que nos cambiasen no hubo manera. Todas las habitaciones tienen el mismo precio por lo que si te toca una mala, pagas el pato.
Lo único bueno del hotel es su ubicación, centro. Lo demás no merece la pena.
Bastante sucio, no retiran las toallas sucias, pero te las doblan como si fuesen limpias, horror!
Las sábanas tienen tantos lavados que parecen papel de fumar. Las almohadas son de lana y las mantas viejisimas.
La habitación vieja y por el baño (también reducido) se veían bichitos...
en fin, muy mala experiencia, nada recomendable.
La gerencia del hotel no aparece, así evita los problemas. NO SOLUCIONAN