Excelente atención sobre todo de Anna, nos hicieron sentir muy especiales y en nuestro idioma español.
Un lugar muy tranquilo, limpio, confortable, en el corazón del barrio Judío, con muchas opciones a tiendas y restaurantes a muy buen precio.
Fotos para el atardecer inmejorables.
Me agripé durante mi estancia y Anna me ofreció pañuelos y los lugares indicados por medicamento y comida.
Desayuno sencillo y muy rico, con unos panes, croissants y galletas deliciosas, súper recién horneados.
Definitivamente es un lugar a recomendar.