Por los comentarios no esperábamos gran cosa. El hotel no dispone de ascensor y las escaleras están en mal estado, los escalones son irregulares y en varias partes no hay pasamanos, siendo bastante peligroso para niños o personas mayores. El hotel está totalmente inhabilitado para acoger a personas con movilidad reducida.
La habitación en la que nos alojaron era ridículamente pequeña, la cama (de matrimonio) estaba encajada contra la pared por tres lados, por la ventana se colaba el aire frío. El baño, era más pequeño aún, para utilizar el WC tienes que poner las piernas por debajo del lavabo, y la ducha era tan estrecha que no puedes moverte para limpiarte si dar contra la pared mover la cortina de la ducha.
No cambiaron las toallas todos días ni la ropa de cama, la limpieza tanto dentro como fuera de la habitación deja mucho que desear.
El desayuno era poco variado y no era especialmente rico.
La ubicación estaba bien, pero no compensa ni de cerca las carencias del hotel. Definitivamente no volveremos a alojarnos allí.