8/10
El hotel es diferente, al llegar nos atendió un señor muy amable sentado tras la mesa de un despacho, no hay recepción al uso pero es muy agradable. La habitación con muebles y decoración antigua pero con unas camas enormes y muy cómodas. Como detalle una botella de agua con gas que la verdad se agradece. El desayuno bastante completo y en un marco incomparable con música clásica de fondo. El tranvía 18 pasa a 150m y a poco más de 10 minutos tienes la Europlatz. Sin duda repetiría
Cordobesa
Viaje de 4 noches