En el mismo centro de Viena, un hostal muy bien ubicado, los colchones cómodos, la habitación bien para un par de noches. Mobiliario muy antiguo con camas con piecera. El baño privado minúsculo en una de las habitaciónes, con ducha de 50x50 máximo, pero en otra habitación con bañera grande. Los techos de las habitaciones muy altos pero las puertas de entrada a la habitación de 180 máximo, si eres más alto tendrás que agacharte para entrar. Desayuno correcto, te ponen café o infusión y para servirte, queso, 3 tipos de fiambre, miel, cereales, mermelada de frambuesa y melocotón, piña en almíbar, bizcocho y algunas cosas típicas de Viena. Galletas ninguna, es más bien todo salado a excepción del bizcocho. En el baño hay gel/champú en dosificador, gorro de ducha y jaboncillo de pastilla. La recepción no está abierta todo el día, te dan una llave para el portal y otra para el piso y habitación.