Nos alojamos en el hotel en temporada baja. Nos dieron una suite con balcón y una muy buena vista al mar y al casco histórico de la ciudad. Estacionamos cómodamente el auto en el parking privado del hotel.
El desayuno fue abundante y variado, con la facilidad de poder elegir opciones en una máquina automática de café expresso. La atención del camarero muy buena y personalizada. También cenamos en el hotel, y a pesar que éramos los únicos huéspedes, el restaurant "Antonio" estuvo a nuestra disposición. La comida, a la carta, muy buena y de calidad, recomendamos un plato local: la pasticada.
Sería conveniente que se aclarara en la página de Hotels que el servicio de sauna no está incluído en la tarifa.
La ubicación del hotel es ideal para visitar esta hermosa y pequeña ciudad medieval, ya que se encuentra muy cerca del puente que permite acceder, ya sea a pìe o en auto, al centro histórico.
Recomendamos ampliamente este establecimiento.