El hotel es viejo, y las habitaciones tienen una vibra de antigüedad, pero no estilo clásico, sino más bien barata, aunque pretenden emular lo primero. La decoración corresponde a una casa de clase trabajadora de 1925. La cama incómoda, almohadas y colchón de mala calidad, el cubrecamas data de la 2da guerra mundial.
755 canales de TV en italiano, ninguno en inglés, uno en español.
El staff no es descortés de una vez, pero no son particularmente amables, lo que por cierto sucede en todo Venecia.
El desayuno pobre en variedad, y en general con productos de escasa calidad.
Quieren cobrar 2 euros por día para el uso de la cajita de seguridad del cuarto!!! Primera vez en la vida que veo algo así, y eso que paso 150 noches al año en hoteles...
Todo esto en un hotel cuya tarifa es de 170 dólares hace que la crítica sea grandemente negativa.
La ubicación muy bien, Vaporetto a todas partes a unos pasos.