En general el hotel está muy bien, las habitaciones de tamaño medio, buen baño (con el suelo calefactado), buenas camas, buena TV, desayuno incluído, etc. pero tuvimos dos problemas.
El primer problema fue el ascensor. Se rompió el segundo día y estuvo roto una semana. Me parece inaceptable que un ascensor esté tanto tiempo sin funcionar en un edificio alto, los ascensores se arreglan en el mismo día. Supone una gran incomodidad porque el desayuno es en la planta -1, y cuanto más alta esté la habitación tanto peor. Al menos podían haberse ofrecido a los clientes a ayudar a bajar las maletas por las escaleras el día antes de salir, pero ni eso.
El otro problema fue en el spa. El spa consiste en dos bañeras grandes de hidromasaje (y cuesta 250 koronas por persona y hora) en una habitación privada. Una de las bañeras no funcionaba bien, había cosas que no hacía y la luz estaba fundida. Pero lo peor fue que a la media hora de repente se fue la luz de la habitación, con lo que, como es en la planta -1, la oscuridad era absoluta. Extremadamente peligroso para salir de allí. Si no hubiera sido porque llevaba el móvil, habría sido todo un riesgo. La luz solo se haía ido en esa habitación y no había luces de emergencia. Una caída habría sido realmente posible en esa situación y de ir solo, allí no habría aparecido nadie hasta horas más tarde. Por supuesto no nos cobraron, pero ni siquiera nos ofrecieron una explicación posterior.