Molino restaurado con una veintena de habitaciones, piscina pequeña, un amplio jardin donde se puede desayunar o tomar algo y parking propio. Esta situado encima de un rio. Las habitaciones no son muy grandes pero si comodas y limpias y la atencion del personal del hotel es excelente, informandote de todo aquello cuanto puedas necesitar. El desayuno es bastante completo y de los mejores que he podido disfrutar en un hotel. La TV pequeña, pero con una amplia seleccion de canales, no en castellano, y wifi decente para lo que he visto en otros lados, e incluido en el precio. Quiza el unico punto negativo a considerar es el hecho de que esta situado en las cercanias de una rotonda, en las afueras de Certaldo, lo que te obliga, si quieres llegar al pueblo andando, a caminar por un pequeño tramo de carretera sin acera de unos 50 metros y vigilando el trafico con los ojos bien abiertos; ademas hay que atravesar un tunel bajo las vias del tren, que, de noche, puede no gustar a demasiada gente, pero en el que no hemos tenido ningun problema. A diez minutos del hotel esta el funicular que lleva a la parte alta de la ciudad, que no hay que perderse. Una magnifica experiencia.totalmente recomendable.