Al llegar, no es lo que esperaba, nos sorprendió la ubicación, las calles me parecieron muy oscuras y me dio la percepción de inseguridad, (puede ser que no sea así) así que por las noches tomabamos por el rio Moldava (más iluminado) para llegar al Centro. Queda a 35 minutos caminando hasta el puente Carlos, es lindo caminar al lado del rio. Fue mi primera vez en Praga. El Hotel por dentro, es muy lindo, la habitación confortable y grande, el servicio y la limpieza excelentes. Probamos la comida de servicio a la habitación y nos encantó. Lo que te sorprende afuera, te sorprende por dentro. El desayuno es muy completo.