Habitación y cama amplias; hervidor de agua y selección de infusiones incluidos en el precio; también neverita vacía pero en funcionamiento para poder meter productos propios (¡los dichosos quesos que todos compramos en Francia y acaban atufando la habitación!). Retrete y baño separados (personalmente me gusta así); baño amplio y cómodo con bañera grande y ducha, y secador (además de gel, champú, vasos de plástico, gorro de ducha, pastilla de jabón, bastoncillos y pañuelos de papel). Temperatura y presión del agua caliente perfectas. Además de la climatización, había un radiador tradicional (agua caliente) en la habitación y otro pequeño en el baño; en el mes de mayo estaban apagados pero pude encenderlos con solo girar la llave; me resultaron muy útiles para secar la ropa una noche que llegué empapada por una tromba de agua; de no haber sido por ellos, estoy segura de que la ropa y el calzado no se habrían secado a la mañana siguiente, que me tenía que marchar temprano. Aunque la ventana de mi habitación daba al parking, este era muy tranquilo y estaba rodeado de una zona ajardinada agradable y no impedía ver las torres de la catedral desde la cama, que es algo impagable. Otra gran ventaja para los que no viajamos en coche es que está a 3 minutos andando de la estación. No tomé desayuno (bufé) porque me pareció un poco caro (13,50 €) pero no me extrañaría que la relación calidad precio fuera equilibrada, a tenor de todo lo demás.