Lamentablemente, mi experiencia en este hotel dejó mucho que desear, especialmente por el pésimo servicio en recepción. A nuestra llegada, nos informaron que la habitación ya estaba lista, pero si queríamos ocuparla antes de las 3 pm (llegamos 12:45 pm) teníamos que pagar medio día adicional. Hasta ahí, podría entenderse como una política del hotel.
El problema serio vino después: la recepcionista no revisó correctamente nuestra reservación y nos asignó una categoría diferente a la contratada. Más tarde, cuando ya estábamos listos para salir a un evento importante, nos llamó para decirnos que debíamos desocupar la habitación y cambiarnos a otra, prácticamente idéntica, solo ligeramente más pequeña. Este error nos hizo llegar tarde a nuestro compromiso.
Cuando le pregunté qué habría pasado si no estuviéramos presentes, su respuesta fue que hubieran sacado nuestras cosas de la habitación, sin mencionar qué pasaría con los objetos en la caja fuerte. Un total desprecio por la privacidad y seguridad de sus huéspedes.
Lo peor fue la actitud de la recepcionista: descortés, sin el menor interés en ofrecer una solución amable, y claramente más preocupada por encubrir su error que por dar una buena atención. La gestión de este hotel necesita una revisión urgente, especialmente en el área de recepción, donde parece no haber noción de lo que significa la hospitalidad.
En contraste, el restaurante fue una grata sorpresa: camareros amables, anfitriona atenta, cocina excelente.