Me gustó un par de personas que nos asistieron muy bien, una persona de sexo masculino que al saber portuñol nos brindo muy buena ayuda, y otra persona muy amable en el salon de desayuno, el resto, gente muy apática, poco feliz, ayudábamos a retirar las mesas, ni una sonrisa ni un gracias, muy muy apáticos.
La limpieza tuvimos que hacer un reclamo, solo barrían la habitación para sacar la arena, cambiaban toallas, ponian jabones y shampoo, pero... no limpiaban los baños, nunca cambiaron sábanas.