Nos hospedamos este mes de septiembre, mi marido, mi hijo y yo, todo fue perfecto, tanto la habitación, como el servicio o la comida.
Lo malo vino después, cuando regresamos a casa, nos dimos cuenta que nos habíamos olvidado en la habitación unas zapatillas nuevas de marca, y por mucho que hemos hablado con los responsables del Hotel Campanille (como hemos podido ya que no hablan español) sólo hemos conseguido que se rían de nuestra reclamación, también les envié un mail en frances pero no hemos obtenido ninguna respuesta. Solo burlas de lo sucedido.