Estuvimos una semana, muy a gusto. El palazzo es precioso, perfectamente conservado. El apartamento, muy limpio y amplio, con frescos en los techos del salón. El baño, correcto. Y la cocina, muy completa, con lavavajillas y microondas. Todo el menaje de cocina, nuevo y bien cuidado. Cada día te traen el desayuno al apartamento para que tú mismo te lo hagas. Te dejan leche, zumo, queso, jamón york, mantequilla, mermelada, croissants, un paquete de pan de molde y otro paquete de pan tostado. Eso, cada día, aunque hubiera sobrado del día anterior. El único aspecto negativo es el ruido por las noches. A la entrada del hotel hay una cafetería con terraza y a veces con actuaciones, y la calle Pietrapiana está siempre muy concurrida de gente, aunque no pasan coches porque es peatonal. Hay supermercado y tiendas de todo en la misma calle. Se puede ir andando a todas partes. La vista, magnífica: la piazza Ciompi, el perfil de Santa Croce, la Capella dei Pazzi y hasta el forte Belvedere. El personal, amable y dispuesto a ayudar en todo. Cuando vuelva a Florencia, volveré a alojarme allí. Lo recomiendo.