En Madurai el hotel se encuentra en la mejor situación posible, en lo alto de la colina Parsumalai, a resguardo de la ruidosa ciudad. Las habitaciones excelentes, el servicio también si no fuera por el exceso de celo. No nos avisaron de que el servicio realizaba dos inspecciones diarias del estado de las habitaciones, por lo que aunque tengas la llave de la habitación entraron, no tocaron nada, repusiron las toallas utilizadas pero no me gustó la sensación de falta de intimidad en un hotel de esta categoría.