La habitación en general es buena, grande y cómoda, está bien ubicado, muy cerca del metro y de cafeterías y restaurantes. El personal que atiende la mayoría no habla ni entiende el español e incluso tiene dificultad con otros idiomas que no sean el flamenco o el alemán. De todas formas un aprobado, pero nada que ver con un cuatro estrellas de España, ni por asomo.