Tras llegar en el autobús 910 casi a Via Sardegna, la primera impresión choca porque todavía no han reformado la recepción. Los 3 o 4 recepcionistas que conocimos eran muy amables. Subimos a la habitación cuádruple (en nuestro caso) y nos llevamos una sorpresa pues estaba además de reformada, era muy bonita con un techo altísimo con molduras con pan de oro e inscripciones, habitación muy limpia, 2 camas dobles enormes, y sobretodo amplitud.
La primera noche no funcionó bien la calefacción porque estaba recién reformada pero al hablar con uno de los recepcionistas al día siguiente estaba arreglada. También un comentario muy positivo hacia la amabilidad de nuevo puesto en la vuelta el recepcionista nos buscó el transporte directo a Fiumicino por el mismo precio que el Leonardo Express (pues íbamos 4 personas).
Lo único a mejorar (que supongo próximamente reformarán) la cafetería a la que sólo se podía bajar a desayunar en ascensor (si se coincidía con la mayoría de los huespedes era un poco difícil) y el buffet estaba bien.
En mi opinión repetiría por la situación del hotel, las habitaciones, la amabilidad, en conjunto el hotel es correcto.